Si se desean evitar tapetes y otros recubrimientos ajenos a la tapicería del sofá, este puede mantenerse limpiándolo periódicamente, no demasiado. Se empleará para ello jabón neutro diluido en agua tibia, aunque anteriormente habría que absorber con un aspirador el polvo de toda la estructura y superficie del sofá.
Tras limpiarlo con cuidado, el secado al aire libre es la mejore solución, pero si por razones de espacio esto no es posible, se aconseja un secado lento pero en una zona seca, para evitar la aparición de humedades y mal olor. Tenga en cuenta que existen muchos tipos de piel y que cada uno requiere un tratamiento específico.
Para obtener la información más precisa al respecto, le invitamos a contactar con nuestro grupo de especialistas de Zaragoza, que le informan sobre mantenimiento y características de los sofás y demás mobiliario.